sábado, 24 de enero de 2009

JCVD

JCVD... Jean-Claude Van Damme. Las cuatro letras que dan título a esta película son las iniciales del que probablemente es el ciudadano belga más famoso.

Tengo que reconocer que nunca antes había visto una película suya. Ni siquiera era un tipo que me cayera especialmente bien. Aunque tampoco particularmente mal. Sus películas, y ahí hablo sin información directa, entran en el grupo "cine de mamporros de mediano presupuesto", una categoría que no figura entre mis preferidas.

Hace unos 10 años, en Estados Unidos alguien me dijo que mi acento hablando inglés sonaba como el de Van Damme. Ese día fue el que más cerca estuve de interesarme en el actor y su trabajo.

A pesar de todo, cuando leí de que iba la película pensé que quizás valía la pena verla. Y cuando ví el póster, decidí que la vería. La motivación no fue suficiente para arrastrarme a una sala de cine pero sí alcanzó para animarme a alquilarla en DVD. Y así lo hice. Y no me arrepiento.

JCVD cuenta la historia de un actor de películas de acción baratas, de nombre Jean-Claude Van Damme, al que las cosas no le van bien ni en el plano personal - donde su divorcio parece que le apreta económicamente - ni en el profesional - donde la edad no perdona y su oportunidad de dar el salto al cine de calidad parece ya perdida. En ese mal momento, nada hay mejor que regresar a la seguridad de las raíces y así, se toma unas vacaciones a su Bélgica natal. Pero lo que tenía que ser un plácido descanso, se complica cuando se ve involucrado en un atraco con rehenes de un banco en Bruselas. Podríamos esperar que a partir de esa premisa, JCVD empezaría a patear culos para acabar desfaciendo el entuerto pero no es exactamente así.

Sería fácil calificar la película de autoparodia, pero a mí no me lo parece. Es cierto, que el actor se representa a el mismo, que los belgas son presentados como una nación devota a la estrella de Hollywood y que el ocaso como actor de acción le ha de llegar pronto al acercarse a los 50. Pero, en la película hay bastante más que eso. Hay una historia bien construida e interpretada que permite a Van Damme dar algo más que cuatro patadas. No se muy bien si gracias a un guión favorable o a la posibilidad de usar su propio idioma (la película es en francés), Van Damme nos descubre una muy buena capacidad interpretativa con largo monólogo incluído.

En conclusión, la película no me ha impactado tanto como para repasar la filmografía de Van Damme ni hacerme fan de su página en facebook, pero es una buena pequeña película alejada del cine de mamporros habitual del actor.


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