sábado, 14 de marzo de 2009

Gran Torino

El planteamiento personaje gruñón y antisocial que se tropieza con persona distinta que le ayuda a sacar su parte más humana es bastante recurrente en el cine y puede llegar a funcionar muy bien. Eastwood le saca un gran partido a este esquema en su última película gracias a su propia brillante actuación y a la del resto de actores y actrices que participan en la película.

La historia nos habla de un hombre ya anciano, acabado de enviudar y presuntamente xenófobo que ve con disgusto y desde su recién estrenada soledad, como su barrio se llena de asiáticos, hispanos y afroamericanos. Pero no hace falta demasiado para que bajo esa apariencia de Harry el Sucio jubilado y racista, aparezca un hombre tierno capaz de preocuparse del bienestar de sus vecinos orientales. Así, Walt, el personaje que encarna Eastwood, se revela como un hombre con pecados de juventud y amargado por unos hijos a los que no entiende. De su racismo inicial (y breve) casi sólo queda un lenguaje políticamente incorrecto que a veces lo hacen parecer un poco Dr. House... pero con corazón.

Pero las cosas se tuercen y la violencia se hace presente. Y contra la violencia es difícil luchar si no es con más violencia. Y el viejo Walt antiguo héroe de Corea, con las manos ya manchadas de sangre parece dispuesto a actuar. Sin desvelar mucho más, he de decir que la solución final para evitar el mensaje "la venganza es la solución" es bastante acertada.

Ah! y al final, con los créditos, buena interpretación musical del viejo Eastwood con voz rota pero fantástica. Ya le vimos cantar al principio de su carrera en La leyenda de la ciudad sin nombre!

En conclusión, una buena película, nada especialmente innovador o sorprendente, pero sí una más que aceptable puesta en escena de un patrón argumental básico ya conocido.